Es mi patria querida,
es mi rosa florida
de verdadero sentimiento,
sin zarza ni sarmiento.
Toda ella de radiante Sol iluminada
y toda su costa bañada
con la melodía y canción
del poder del corazón.
Con la verdad de las ideas,
esas que matan las almas,
a poner los puños en alza,
hacia días más claros.
Por bandera tu dulce tejido
y por lema, ese amor gozoso
que hace de este día hermoso
mi unión contigo.
Pierdo cada vez que gano,
pierdes cada vez que ganas,
y así con este vaivén sincero
en este barco velero
remo a las profundidades de tu cuerpo,
remo a los confines del mundo,
y sólo Dios sabe si estoy muerto,
pues no veo más destino
ni algún otro camino
que los dragones que esperan
entre sueño o letargo
a algún alma perdida.