¿Cuál es vuestro estado de felicidad?
Gracias a esta afirmación empecé a darme cuenta de que realmente las cosas me van realmente bien, no era el primer momento en que esta realidad asomaba después de mucho tiempo. La primera vez fue en la Estación de Madrid, Atocha, después de varios viajes algo ajetreados me di cuenta de que tenía muy poco tiempo para escribir, y comencé a pensar que cuando más escribo es cuando algo me preocupa, estoy triste y necesito liberarme, pero con mi maleta en la mano, mirando más allá de los cristales, caí en la cuenta, casi sin reparar demasiado en ello que era feliz.
Muchos me dirán, entonces si ahora eres feliz, ¿Eso significa que antes no lo eras?, La verdad es que llevaba mucho tiempo sin ser feliz, alrededor de mis 16 años algo fue ennegreciéndose dentro de mí, si que tenía mis inquietudes, me reía con mis amigos, salía, me lo pasaba bien, estudiaba, hacía muchas cosas, pero ser feliz es algo más que todo eso, había perdido, en parte, el sentido de mi vida.
Terminé bachiller y esa piedrecita me fue acompañando, seguí los estudios sin tener claro realmente que estaba haciendo con mi vida, por qué estaba aquí, cuál era el propósito de que yo estuviera allí, es duro levantarte cada día con ese lastre, con ese ente que te encadena a una realidad mísera, oscura, llena de sombras. No renuncié nunca a encontrar un propósito, a saber convivir con una piedra que aunque nadie me lo dijo intuí que debía dejarla en alguna parte. Hoy todavía llevo esta piedrecita que aunque aún me pesa sé que la dejaré en alguna parte del camino para quien venga detrás de mí sepa que rendirse en la vida no es una opción, que todo tiene su recompensa.
El camino no es fácil y menos para aquellos que tienen en la cabeza algo más que madera, para la gente que se pregunta el porqué de las cosas, a ellos les espera un mundo muy duro, es solo la primera parte, tomar consciencia del «yo» es algo que no todo el mundo quiere o puede asumir, es solo la primera parte para ser libre, cuando llega la libertad generalmente se cae en el pesimismo, si se sigue, apartando los obstáculos se llega a la luz y uno puede ser feliz aunque existan tantas cosas que no nos gusten, que no podamos cambiar o nos hagan daño.
En el verano volví a enfrentarme a mis miedos y esa lucha me dejó un poco resentido, pero en cuanto comencé la Universidad en la especialidad de Economía y Política descubrí un mundo que jamás imaginé, disfruto de la implicación social, ética, filosófica, económica, política, biológica y así con un sin fin desde otro punto de vista, algo que nunca me habían explicado, donde puedo desarrollar mis capacidades sin que me corten las alas, donde puedo pensar libremente, donde puedo ser yo y progresar como individuo, como ingeniero y como persona. De todos mis años de colegio, instituto, bachiller, universidad y máster, es la primera vez que siento que todo mi potencial tiene cabida y se desarrolla sin barreras.
También han cambiado muchas cosas y obviamente todo influye, el haber encontrado el sentido a mi vida, el haber roto las cadenas del miedo y desprenderme de la toxicidad que tenía y las relaciones tóxicas me ha hecho crecer, pero sobre todo volar.