Es la rutina un hábito que queda enquistado en el alma; el rito, una melodía que parasita la esencia y, la costumbre, una cadena que apresa a la sociedad.
Deshaceos de todas las cadenas que apresen vuestro ser, quitad todas las vendas en los ojos tanto de vosotros como de vuestros semejantes, arrancad los prejuicios y quemadlos.
El mundo es demasiado bello para nacer con una idea fija, cambiadlo, afirmar la realidad, someted al sistema, acabad con todo aquello que sin identidad plena os oprime.
Buscad la verdad en un camino sin fin, sin destino, siempre en pos de encontrar, luchad por las ideas claras y distintas, iluminad la oscuridad, abrid las puertas del progreso, observad el mundo sin lentes, sentir el poder de la realidad sin categorías, sin críticas.
Luchad contra el pesimismo, contra todos aquellos que ocultan el sol, contra los que únicamente se vanaglorian; morid si fuera preciso por un ideal, por la verdad, por la razón, por el amor en sentido amplio y en contra del escepticismo, del oscurantismo, de los malos pensamientos, de todo aquello que pudre el alma y de todos aquellos que corrompen las aguas puras de los bellos ideales.
…es tu texto el que quita la venda, y hoy, más que ayer, nos reafirma, nos hace más fuertes…
Niphredil.