In ictu oculi

Gritar, escapar, romper con todo, tirarlo todo por la borda, destruir los esquemas, desconectar…
Necesito pasar página y ahogar los fantasmas del pasado, proclamarme de nuevo, en definitiva, mirar hacia delante; tantos cambios, tanto barullo, gritar: ¡Basta!, y que todo pare, congelar el tiempo y formular mis deseos.
Son sólo promesas en un corazón vacío, en la soledad del desierto.
Y vuelta a mi mundo de sueño donde todo son recuerdos y donde jamás vuelva a tener miedo; vuelta a aquellos años cuando miraba las estrellas, el tiempo no existía y la risa de los amigos lo llenaba todo; vuelta a aquellas preguntas de porque sale el sol o porque el cielo es azul; vuelta a aquellas preocupaciones de llevar los deberes a clase o esperar a que la madre no te regañe por llegar tarde; vuelta a ese primer beso y mirar los atardeceres; vuelta a las noches eternas de beber con los amigos bajo la luz de la farola y con el frio de la noche; vuelta a las tonterías del pasado y a las tardes en la calle….
Quizá ya me haya hecho mayor para todo eso, pero no dejo de devolverle la sonrisa al pasado.

Un pensamiento en “In ictu oculi

  1. Noooo!! Jamás digas que te vuelves mayor para eso! Ni siquiera para jugar como cuando eras pequeño. A veces, pensamos que nos hemos hecho «mayores» para eso cuando en realidad, en muchas ocasiones, es lo que más necesitamos, aunque la mayor parte del tiempo no lo veamos, y nos tengan que «tirar por la borda del barco mayor» para que nos demos cuenta.

    A mí me gusta dejarme llevar por la niña que llevo dentro. En muchas ocasiones, me ha salvado de un apuro «de mayores».

    P.D: aunque no haya tiempo, sí hay vida. ¡Vívela, haz lo que dices, lo que anhelas! No estés deseando algo que por tiempo no va a poder pasar… ¡Hazlo! ¡Tíralo todo!

    Haz por un día lo que realmente te apetezca: leer, mirar un escaparate, quedarte atontado viendo por qué el sol es así y no de otra manera, busca el sonido del viento, siente la tierra húmeda bajo tus pies, respira la brisa marina y deja tu mente en paz por un momento, disfruta con los amigos y la familia, vive, vive cada minuto, y que no te prive la idea de la obligación, siempre tan presente, por un día desconecta o te asemejarás más a una máquina que a tí mismo y puede que hasta te pierdas.

    Y… sobretodo, intenta no tener miedo, como bien dices, no siempre podemos estar condicionados por él. No estás solo =D.

    Un saludooo =).

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