En primer lugar agradecer a todos aquellos padres, profesores y alumnos que hacéis posible la conmemoración de este acto tan especial, y decir, que me siento muy orgulloso de ser yo quien hable hoy ante vosotros, es para mí un honor y una ilusión el compartir este momento.
Recuerdo perfectamente como fue el primer día que llegué a clase, tantas caras nuevas; llegué con muchos deseos tantos como vergüenza, la voz entrecortada, deseando hablar con la gente, ansioso por encajar en el mundo al que me enfrentaba. Todos los días al volver a casa le contaba a mi familia lo que había aprendido, los amigos que había hecho, tenía una ilusión enorme, veía muchas ganas en cada cara.
Ahora veo esa foto de la salida de edafología con Gregorio en 1º y veo lo que hemos cambiado; peinados, forma de vestir, y con ellos, la madurez de los años; también veo lo que permanece, esa ilusión; pero sobre todo, lo que hemos creado, amistades inolvidables, un mar de experiencias y anécdotas para parar un tren.
Querría contar alguna historia, pero tengo miles para contar; querría hablar de alguien, pero es que todos me habéis aportado tanto… Querría llevarme un recuerdo, pero me los quiero llevar todos conmigo allá donde vaya.
Os miro hoy aquí y no puedo evitar sonreír al ver en que nos hemos convertido, pero es una sonrisa también amarga al tener conmigo esa sensación de despedida, esa sensación de pensar en lo que nos espera, que es sólo el principio de otra historia.
Queridos amigos luchemos por todos nuestros sueños, volemos con ellos allí donde nos lleven, !Carpe omnes¡ Lucharemos contra todas las adversidades, lograremos todos los retos, y venceremos, saldremos victoriosos de todas las batallas que libremos, es el momento de vivir una aventura, éste es el momento.