Sentado otro día más en aquel castillo, que divisa a lo lejos, las tierras de África, sentado otro día más…
El Sol de la tarde y el viento de levante, el viento que trae el olor del mar, de las aguas del estrecho, del desierto, del sudor, de los sueños…
Viaja de un lado a otro, ve lo que nadie ve, siente lo que nadie siente, es un alma libre, no atrapa ni se deja atrapar, no juzga ni se deja juzgar, sólo viaja, sólo vuela, sólo recorre tierras y continentes, mares y océanos, colinas y montañas enseñando un lenguaje que va más allá de las palabras, y si lo escuchas, oirás su mensaje y su sabia enseñanza.
Yo lo aprendí del viento y ahora lo practico con los hombres.
Esto me recuerda a algo que leí este verano. Sé que esto lo escribistes antes, pero qué casualidad ver, que la descripción es muy parecida….
Yo sigo intentando aprender la magia del viento, que aunque es difícil, no quiero dejar de seguir sus enseñanzas tan ligeras… tan libres…
Recuerdos =).