Hoy te recuerdo como una exhalación, casi te desvaneces como el más suave de los vapores, pero siempre terminas volviendo a mí, con tus ojos pardos, con tu pelo negro, con tu blanca piel, mas como un recuerdo, tan sólo un recuerdo, sólo eso y nada más.
Y fíjate, sin reloj para medir el tiempo que paso sin verte y el tiempo en que en mi recuerdo te pierdes, un sueño, una ilusión, eres un vapor que te desvaneces en mi recuerdo.
¿Podría negar una y mil veces lo que siento por ti? ¿Podría luchar contra corriente, alzarme en lo más alto y gritar que no? Me es imposible porque sólo consigo gritar en silencio, sólo puedo dejar que lleve la corriente y sólo puedo decir que sí; ya no tengo fuerzas para controlarme, ahora, simplemente, me dejaré hacer.
Pero, como dejarme hacer, como no hacer nada y, menos aun, ¡¿Cómo decir que no?! ¡¿Cómo decir cada mañana que el Sol no existe, qué el cielo es negro, qué no hay remedio, qué sólo hay tristeza en mi corazón, qué muero cada día, qué te pierdo, qué para mí ya no hay consuelo?! Qué ya no hay luz… sólo sombra…
¿Quién tendría el valor, la voluntad, la templanza de no perderse en tus labios? ¿Quién tendría la fuerza para no morir en un silencio a tu lado? ¿Quién, quien entre los quienes podría resistirse al mirar de tus profundos ojos llenos de misterio y a tu infinita sonrisa? Quién…
Si amar fuera amarte, amaría mil veces, si flotar fuera mirarte, dichosos los ojos, si la felicidad fuera besarte, no dudaría ni un segundo y si morir fuera fundirse contigo, no tendría miedo a la muerte.
No puedo perderte, porque… nunca te he tenido, no puedo sentirte, porque… nunca te has quedado entre mis brazos, pero nunca, nunca, jamás he dejado de recordarte, quizá sea mejor morir en un sueño, descansar perdido en el infinito y gritar en silencio que nunca más veré el horizonte.
¿Por qué será que siempre me identifico con lo que escribes? Siempre siento ese sentimiento que transmites, aunque sea lo que leo algo inmaterial, aunque no esté con pluma y papel y aunque estés muy lejos de mí.
Es algo frustrante que consigas arrebatarme lágrimas que estaban encarceladas desde hace mucho, aún así, te lo agradezco, hacía tiempo que no sabía llorar por sentimiento, pues, existen muchos tipos de llanto.
¡Qué decirte del texto! Todos me gustan, todos son buenos, no hay ninguno aún hecho que me desagrade, será porque la complicidad es mucho más fuerte que entonces, será porque estoy enganchada a tus historias de las que aprendo… será.
Lamento no haber quedado estas vacaciones, pero lo primero es estudiar, y sacarse las cosas. Este verano he estado tan liada con la universidad y el coche que parecía no tener vacaciones.
Espero no, QUIERO veros pronto a todos. Quedar, y como dijiste ayer, que no se la lleve la amistad el viento, porque para mí, sería más que una tragedia. Sí se os echa muchísimo de menos, incluso cuando todo iba bien, antes de la Época Negra.Puede que fuera algo místico, pero era diferente.
El otro día me lo encontré, y no sé ni cómo me saludó.Casi estuve a punto de pasar de él, ya que me había acostumbrado de una forma algo sádica a su manera de ignorarme, fue algo fugaz, raro e incómodo, sobretodo porque me sonrió. En ese momento preferiría no haber pasado por el lugar, no me gustó nada encontrármelo. Después de ese momento que se me antojó eterno volvieron a mí los recuerdos que había machacado y chafado hace mucho tiempo atrás, y ala… toda la basura casi termina por ahogarme la tarde. Luego lo pensé, pensé y pensé: «podría haberle dado su merecido, pasar de él, mandarlo a la mierda,pedirle explicaciones, no sé que cosa sería mejor…» Pero… ufff ¡Qué va! no soy así, y menos en plena calle Floridablanca, con todo el bullicio y con la compañía femenina con la que andaba. Ya es que no sé ni cómo calificarlo ni cómo ver el sentimiento que tengo hacia él, no sé si es rabia, dolor, odio… prefiero dejarlo guardado en la Caja de Pandora, junto con otros males.
Si te soy sincera, cuando me llamaste ayer diciéndome que tenías una mala noticia que darme, lo primero que pensé es que se había muerto. Sí, llámame sádica, pero creo que tenemos algunos motivos para pensarlo después de la conversación del día del cumple de Pedro, ¿recuerdas?.Mejor, dejémoslo encerrado que ya bastante te he repetido las cosas, mis disculpas.
Gracias por llamarme para avisarme de eso. Por cierto, ¿al final fuiste a la cena del otro día con Pedro? Espero que me cuentes cosas pronto. Todo te irá muy bien y dale recuerdos a la familia que hace muchooooo que no los veo. Muchísimas gracias por todo.
Cuídate y besos,
Idrial
El recuerdo es hiriente, pero la esperanza siempre debe ser constante, recuerda la caja de Pandora, es lo último que debemos sacar de ella.Pero sé que muchas veces lo vemos insuficiente, que necesitamos un soplo de ese aire que pide nuestro cuerpo. La paciencia se agota, pero el sentimiento debe ser fuerte y permanecer junto a las trincheras para no ser tiroteado en algún momento de distracción, conservar las esencias de nuestro cuerpo es lo primordial o asi lo veo yo…
Meissa, a 1100 años luz.