Ha pasado un año, y hemos conseguido la plaza, el enclave ha sido conquistado y la capital enemiga se rinde a nuestros pies. Hace unos días los dos contestables de Vez que hace años nos arrebataron la victoria nos entregan las llaves y nuestras tropas residen en el cuartel mayor.
Hemos acordado tratos con nuestros amigos los Barones y con el marqués de Alum, este último nos puede proporcionar valiosa información para combatir en los territorios de más allá de Meand, así como armas y provisiones para la conquista de estas plazas fuertes. De las que más deberíamos temer son la fortaleza de Otor y la ciudadela de Batás.
A los nobles de la ciudad conquistada los hemos dejado en dicha ciudad, a renuncia de sus títulos para conservar sus posesiones, ahora viven humillados y no descarto una posible sublevación, por ello, esperaremos aún algunos meses más para asegurar el castillo y a sus gentes.
La batalla nos ha costado dos meses, y no hubiera sido posible sin los Reyes de Casiopea; cuando Dios nos había retirado su mirada, todo estaba perdido y nuestra derrota era clara apareció una paloma mensajera, de la Reina de Casiopea. El rey comandó un ejército y nos defendió, sus armas, provisiones y lealtad han sido vitales. Os ruego tengáis en cuenta su bondad y se lo hagáis saber.
El castillo y la ciudad cayeron ante nuestras tropas, estaban preparadas y nuestras armas se encontraron muy superiores día tras día. Obtuvimos su rendición y pasado el muro pedí al ejército que no hicieran expolio del territorio bajo pena mayor.
Purificamos la ciudad y me encomendé a Dios y a la Virgen para que intercediera por mí, nunca perdí la fe, aunque llegaron días de verdadera desesperación, Dios nos puso a prueba y no le abandonamos, nos premió con la victoria.
Hoy he tenido una vista con Vuestra Reina Madre, me hace saber que está bien al igual que vuestros hermanos, el mayor de ellos se casará convirtiéndose en príncipe de Niezt, la fortuna le sonríe tanto en lo personal como en sus causas.
Desde tierras lejanas me han hecho saber que nuestros aliados consiguieron otro enclave, de gran peso, la condesa de Lart ahora domina el territorio y nos envía fortuna, programaré una vista para posteriormente hacer frente al siguiente objetico de la campaña, un pequeño fortín situado en un paso de montaña, no opondrá excesiva resistencia. Tras la caída de Vez esto no supondrá problema alguno.
El marqués de Meand nos tiene un gran odio, no se rendirá y luchará hasta la muerte, no podremos pactar nada como hicimos en Vez y no entregarán las llaves, ya nos lo ha hecho saber, sacrificará todas las vidas de las que disponga y tendremos que arrancar de sus manos las llaves.
Argumentar con una persona que ha renunciado a la lógica, es como dar medicina a un hombre muerto, si él busca este destino, le daremos lo que busca.
Os imploro mi Señor que no ceséis vuestros envíos de armas, tropas y víveres que nos son tan útiles en nuestra causa.
Lunes tres de septiembre de mil trescientos trece año de Nuestro Señor