La inestabilidad es la base del cambio, de la madurez, de la evolución. Desde aquel pez que abandonó el agua para conquistar la tierra. Las estaciones donde los árboles brotan para florecer, fructificar y ver sus hojas caer.
La naturaleza no se presenta inmutable, un continuo devenir de decisiones azarosas que conforman nuestra historia, y es aquí, donde el hombre contra toda razón y, contra su propia naturaleza congela todo cuando anida en su alrededor y crea conceptos como el equilibrio.