La defensa de los derechos para aquel que no los tiene consolidados es siempre difícil, porque lo que él considera defensa es, en realidad, un ataque, una guerra encarnizada contra el orden establecido.
La defensa de los derechos para aquel que no los tiene consolidados es siempre difícil, porque lo que él considera defensa es, en realidad, un ataque, una guerra encarnizada contra el orden establecido.