Hace unos días volví a escuchar un argumento muy popular en el mundo de la educación, entre los profesores. El argumento era “en el colegio, el instituto o la universidad no se puede enseñar todo”. Aparentemente, el argumento era lógico, todo no sé puede enseñar, pero ni en el colegio, ni en el instituto, ni en ningún lugar, porque eso significaría tener la capacidad de poder adquirir todos los conocimientos, y eso, es imposible.
Este argumento ad logicam (los gatos tienen pelo, mi gato tiene pelo, entonces es un gato), muy típico de los discursos falaces (no se puede dar todo en el colegio, ya se están dando otras materias, entonces esto no debemos darlo) suele ir aparejado a otros dos, o bien el argumento ad vericundiam “así lo dijo Euclides”, argumento que nombra algún autor relevante para la temática… o a veces no. O bien el argumento ad populum “es sobradamente conocido”, “la mayoría lo hizo así”.
Cuando escucho este tipo de argumentos una bombilla roja y una alarma suena dentro de mi cabeza. Los verdaderos sofistas tienen argumentos más retorcidos desde la dialéctica para confundir a uno, no obstante, en nuestros días, la bajeza intelectual está a la orden del día, ya sea con personas corrientes, de a pie, o con políticos, catedráticos o intelectuales, o supuestos… intelectuales.
Recomendaría a cualquiera que desee formular un argumento lógico, descarte el construir el corpus de sus ideas aplastando contra ellas este tipo de falacias.
Sin desarrollar mucho más esta introducción empezaré desmenuzando el siguiente argumento “esa parte de la educación la deben hacer los padres en sus casas”. Podemos usar la particularidad para ver como ese argumento se cae, al menos en algunos casos. ¿y si el menor no tiene padres?, este sería el primer caso que se desmorona el argumento, si el menor no tiene padres, no hay enseñanza que se pueda dar con ellos, por tanto, enseñanzas como los principios de la amistad, el respeto, la comprensión, la inteligencia emocional, bueno… un sinfín de principios que pueden enseñarse o no dentro del contexto familiar, no serían trasmitidos por los progenitores al carecer de los mismos.
Imaginemos ahora, que el menor sí tiene progenitores, pero estos están en lo que llamamos “familia desestructurada”, o bien los padres existen y se han desentendido del menor, o múltiples ejemplos en los que un menor puede verse inmerso y perjudican su desarrollo de principios al no ser estos trasmitidos.
Ahora bien, imaginemos, que el menor tiene padres, pero estos le inculcan otros principios, erróneos, que pueden perjudicar al menor y a su entorno.
Estos tres argumentos desbancan el “esa parte de la educación la deben hacer los padres en sus casas”, pueden no existir, puede existir, pero desentenderse de su educación, y pueden existir y enseñarle erróneamente.
Me gustó una definición que dice “La educación sirve para desarrollar a un ciudadano de pleno derecho, que pueda vivir una vida digna, desarrollando todo su potencial físico y cognitivo” la educación tiene que ser un instrumento por el cual una persona pueda llegar a ser un ciudadano integro e integral. Sin meterme más en la cuestión de qué es educación, querría plantear lo erróneo de una educación en la que los principios universales, sin entrar a definir cuáles son, no estén integrados en la educación o al menos en la educación obligatoria.
Lo
Más importante que enseñamos los profesores y nuestra verdadera razón profesional es … creo, intentar que el alumno vaya encontrando sus temas de interés. Vitales y profesionales. Utilizar la constitución de 1812 como excusa para, desde el origen del establecimiento de derechos y libertades individuales, plantear nuevos derechos como a una muerte digna, a elegir tu género o si un matrimonio -unión civil- puede/debe incluir a más de 2 ciudadanos..,.
Miguel aquí mezclas churras con merinas, el núcleo del profesor no es hacer que cada uno encuentre sus temas de interés, eso ya lo encuentra cada uno por su cuenta. La palabra docente significa «hacer que alguien aprenda», y que aprenda todo lo que le haga estar/ser pleno. La constitución no es una excusa, las constituciones, la declaración de derechos humanos es la cristalización de un derecho con el que cuenta el individuo. Porque aunque ese derecho se nos sea arrebatado es nuestro, como el de tener una sexualidad plena, el elegir con quien casarse, la elección de la muerte seguirá siendo un derecho.