No importa que sean casas de ladrillo o castillos en el Loira, no es importante si las gotas golpean los sombreros o los cabellos de señoras, ni si quiera es importante el sol, la luna, las estrellas o las mismas nubes contenidas en el aire que respiro, solo me importa ese lugar y ese momento, el que da sentido a todo lo demás. Cómo el olor inundaba esa calle, cómo el atardecer se ocultaba entre las montañas del valle o las pisadas apresuradas de zapatos cualquier día de lluvia. A cada cual su tierra y sus vivencias le parecerán maravillosamente singulares e irrepetibles, y cada ser, cada segundo contenido en ese tiempo y en ese espacio, nos parecerá, único.