Perseguía una serpiente a una luciérnaga y, la sierpe, a cada momento más cerca, preparaba ya sus fauces para devorar sin miramiento al insecto. La luciérnaga corrió cuanto pudo mas le fue imposible escapar de la serpiente; como sabía que la devoraría se paró y le preguntó:
¿Soy acaso de tu cadena alimentaria?
No.
¿Acaso te hice algún mal del que quieras vengarte?
No.
Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
Porque no soporto tu luz.
La historia aunque no fue idea mía, sino que, tan sólo ha sido una adaptación de una historia que me contaron y que he procurado recoger lo más fiel y verídicamente conforme a la original muestra una realidad patente que se manifiesta día a día.
Hay personas llenas de alegría, de fuerza, de pasión, de luz que irradia a todas partes, sin embargo, sólo por el mero hecho de brillar, de iluminar a nuestro pequeño mundo ya sea con una sonrisa, con una buena acción o con un don propio, será objeto de envidia, de deseo y de codicia de las serpientes, que arrastrándose y envilecidas por su veneno, reptarán para acabar con la luz de los demás.
Sed precavidos de aquellas sierpes que, rastreras, acechan a la luz del hombre, pues no dudarán en acabar con todo lo que tenéis, en quitároslo todo, pero nunca les deis la satisfacción de que os arrebaten la luz, que no apaguen la llama que brota en el interior de cada uno, sed, pues, faros de luz y brillad más fuerte ante la adversidad, ya que, si os la quitan os volveréis como ellos, sierpes envilecidas y venenosas.
Una luciérnaga nunca se podrá volver sierpe porque no es su naturaleza. Podrá estar muy débil su luz, podrá brillar menos que las estrellas, podrá ser pasto de las tentaciones pero, nunca caerá en ellas.
Esperemos que este mundo mañana esté lleno de luciérnagas =D
Cuídate mucho un beso!
Niphredil
¿Sabes que es lo más triste? Que hasta las más despreciable sierpes creen ser luciernagas…
Si tan aciago ves el camino ,brilla más para cegar a las serpientes. A veces es la única solución para escapar de sus fauces.