El pecado y Dios

Nunca cuestioné si Dios existía o no, para mí era una trivialidad, como cuestionar si respiro, o si el agua caerá hacia abajo o hacia arriba. Siempre he sentido a Dios, a veces más tenue, otras veces con mayor intensidad, pero nunca, lo he puesto en duda.

Siento a Dios continuamente, como una parte de mi ser. También lo siento en el aire, en el suelo, en la pasión que encarna mi vida, en las lágrimas que derramo y en el sexo. Él está presente en todas mis acciones. Sin embargo, él sí me cuenta todo aquello que no es Dios, pero es puesto por Verbo, palabra del hombre. Vivir en Cristo fue sentirlo aún más cerca. Vivir y sentir el Verbo me ha hecho cuestionar hasta aquello más sólido, mas nunca a Dios.

¿Qué Dios podría considerar pecado honrar al cuerpo con el goce del que se le ha provisto?, ¿Qué Dios podría si quiera considerar pecado el amor de un alma hacia otra? Independientemente de su forma corpórea de hombre o mujer o lo que tenga a bien cada alma considerarse.

Dios me concedió el don de la palabra, de la reflexión, no me concedió la levedad del ser para pasar por este mundo liviano y despreocupado, me hizo profundo y pesado como la tierra para ser el sustrato de su obra, ser la tierra donde se sustenten las raíces de su fruto.

Soy tu obra, una obra viva, aquí estoy para renovar tu Iglesia. Mientras haya una sola iglesia, una sola mezquita, una sola sinagoga que ponga por boca del Dios de Abraham la palabra del hombre, mi lucha seguirá siendo incesante. Mientras se ponga por pecado cualquier condición sexual en cualquier parte del mundo mi lucha seguirá siendo incansable, pues de ti Señor se nutre mi fuerza.

Hoy sé que aún a riesgo de mi propia vida está esta causa que persigo. Dotar de humanidad un mundo vulnerado, luchar por los oprimidos, a los que se les ha negado su identidad, su respeto, su dignidad.

Hoy sé que mi lucha es más fuerte que nunca porque tú, Señor, iluminas mi camino, solo he de dejarme llevar, escucharte en lo más profundo de mi ser, porque eres tú el que me guía, y no puedo más que entregarme a tus designios.

Recibir el infierno y entregar el cielo. Prólogo

Las montañas dicen cosas que no queremos escuchar y el viento susurra entre los árboles. En el horizonte un amarillo se torna rojizo, el rojizo en purpúreo y el purpúreo en un azul misterioso mientras el sol se oculta y duerme más allá de lo conocido.
Las luces en el confín del mundo, y allí, más allá de las montañas, a lo lejos, tintinean lucero tras lucero un mosaico de velas. Y son estas cosas hermosas del mundo melancólicas y tristes.
La noche acaece y las sombras se apoderan de todo, la luz se desliza entre las ramas y los rumores de la noche se camuflan en todos los rincones. Pero también la noche parece melancólica, y el cielo refleja como realmente soy, azul.

Con la misma mirada sigo contemplando todo, y en su transcurso, miro y espero una promesa que no ha llegado, que me aparte de todo, que me haga renunciar a la muerte y perderme en esa promesa.
Una promesa callada y ausente, a mi lado, igual a mí y como en un espejo reflejada, oscura, melancólica y azul, que viva por mí, que viva sin mí y conmigo.
Una compañera que viva mis ensoñaciones, cosas que nunca sucedieron, amores que nunca tuve, sueños perdidos, verdades que nunca fueron y me mienta.
Una mentira que me empape, que me haga volar de nuevo, que me haga vivir en un castillo de aire y me devore el alma.
Enamorarme de nuevo de la vida, no volver a estar triste, no sentirme solo ¿quizá sea sólo un deseo irrealizable? Vivir siempre esperando a que llegue algo, a que suceda algo y buscarlo día a día, y caminar, y saber que nunca llegará y ¿Aún así seguiré volando? ¿Por qué si tengo todo lo que quiero sigo buscando? ¿Qué me falta? ¿Qué no he encontrado? ¿Qué quiero de mí? ¿Qué quiero para mí? ¿Qué me entristece? ¿Cuál es mi objetivo?

Todos jugamos un papel en este mundo, en este cosmos de incertidumbres, pero le falta alma a las cosas que hago, le falta espiritualidad, me falta pasión.
Tanto tiempo ha pasado pero siento que en lo más profundo de mi ser hay algo que no funciona, algo que no concuerda, una pieza que no encaja, que tampoco encaja en mi mundo. Siento que me he nutrido de mis oscuridades y las he potenciado; me han hecho fuerte y con ellas he seguido mi camino; mas hoy me miro, me paro y reflexiono, he llegado muy lejos, aún me queda mucho por recorrer, pero ¿No será el momento de recorrerlo de otra forma, cambiando cosas, con otro sentido de la vida, de todo lo que sucede a mi alrededor?
Tengo miedo, y me gusta esa sensación incontrolable de lo desconocido, que sucederá después; la sensación al tirarse a un vacío sin fin, cuando te sumerges en el agua y aguantas hasta suplicar una bocanada de aire o cuando lo exhalas en un orgasmo, cuando el sufrimiento te apuñala o la fe te devuelve las esperanzas y el consuelo.

La visión crítica, incesante, para no desaparecer en la rutina, luchar siempre, no conformarme, recibir el infierno y entregar el cielo, no vale con intentar, hay que ser.

Será en ese momento cuando escucharemos lo que las montañas querían decir y el viento callará sus palabras entre los árboles. Y lo que duerme más allá de lo conocido despertará mientras un azul misterioso torna purpúreo, y el purpúreo en rojizo, y el rojizo en amarillo para alzarse en el cielo.

VII carta a la vendedora de hinojo. Batalla ganada

¿Cuántas veces se romperán los pilares de nuestra vida? El paso más difícil viene siempre después, renacer de la ceniza y la ruina, y crear algo nuevo. Fructificar la ruptura; quien no crea pilares nuevos, vive en un mundo de odio y desesperanza. No asumió la ruptura, no llorará el duelo de su muerte, no vivirá el cambio y la creación, y no disfrutará de la vida.

Devenir

Es en los momentos de mayor crudeza, en la dificultad, cuando hay que mostrar mayor arrojo, sacar a la luz las virtudes.
En las épocas de bonanza aparecen miles de ídolos, falsos dioses, miles de líderes y sabios; todo es prodigio y bienestar… Estas épocas son épocas de palabrería.
Es en la dificultad, cuando, a la luz de los problemas, estos ídolos desaparecen como fantasmas; mas aquellos líderes y sabios también se esfumarán como fantasmagorías, y solo queda aquello puramente virtuoso, lo que sobrevive a la dificultad y al cambio, la manzana del progreso, la esencia de lo inmutable porque es enteramente devenir.
Buscad a estos seres, Dioses, líderes y sabios de la dificultad; rechazad a los falsos hedonistas, necios y farsantes.
Quien adora y venera a estos seres corruptos de los buenos tiempos solo le aguarda el fracaso y la frustración, quien, por el contrario, aprende e imita a estos líderes proféticos recibirá el único destino posible, la vida eterna.

Reflexiones

Nada repudia tanto la razón como vivir prisionero del sueño de otro

Català

Res repudia tant la raó com viure presoner del somni d’un altre

English

There is nothing more repudiated by reason as to live prisioner in someone else’s dream

Italiano

Non c’è nulla che la ragione repudi più come vivere prigionero del sogno d’un altro

 

Deus Vitam

Somos el éter de los sueños, vapor desconocido, sombra del alba, último aliento en la muerte, destino infinito, incógnita permanente, crepúsculo de misterios y fascinante juego de magos.
La vida pende de un hilo y, en vilo, ingenua y frágil depositada en las manos inocentes de un niño, temeroso, ignorante y caprichoso; vida, perdida entre un perfume, tan dormida, triste y melancólica que me envuelve cada noche.
Tú me llenas con tu regalo, pues depositaste toda tu confianza sin apenas conocerme.