Grenzschützer springenden, Komm rüber!

Dear Georgius

I remember those years, our walls were physical over the years our walls were also mentally, our suffering was so guarded that we did not realize that we were being mistreated ourselves.
Over time I did realize that in many aspects our life is like that which we experienced to us in Berlin, a lack of fear was enough for we realize to us that our walls can be transferred. The difference between life and Berlin is that the lade of fear is oneself, nobody will jump the barbed wire, nobody will remove our shackles of fear and suffering, neither nobody will break the walls of our mind. Looking up for a move forwad and walking wih pain because that way you will be cured, the way gives back all positivity and equilibrium.
I think about Rhein like the life sometimes when the water is stagnant it is rotted, but when it flows, when it follows its course it leaves everything behind, flowing free, its water is more pure and clear.
I am a photographer, but I know when I try to immortalize a moment of your life, you became slave of this moment and you do not live without to comparing without judging what you see, what you feel, therefore, and maybe you will be surprised that I tell that, but you do not take snapshots of your feelings, you live a present continuous of your pass without forgetting but forgiving each moment you lived.

Best regards

Peter Leibing

Conrad Schumann defects to West Berlin, 1961 full

Rain, Steam and Speed

Dear Georgius

I have to confess that the human nature is lofty, the power of our mind changes the world day by day and there is no hopelessness, there are solely cowards without enough courage to get up after falling for fear of getting knocked down again.
All men die, but not all men live, and strong will is like a steam beast on the railway, always finding its way, until it reaches its destination, and they will have guaranteed success, those that realize that a material as resistant as the human spirit has never made.

Best regards

Joseph Mallord William Turner

Rain_Steam_and_Speed_the_Great_Western_Railway

Reflexiones

La filosofía es como un recuerdo, aunque no esté presente en el día a día, cuando es pensada, aparece, como algo que siempre existió y tan fresco como si siempre hubiera estado ahí.

English

The philosophy is like a memory, even though this is not present on day by day, when it is thought, It appears like something that ever exist and as fresh as if ever had been there.

Mundus fugit

Filosofía, refugio de almas errantes, búsqueda incesante del ser humano, para mí un consuelo, la paz que deseo por la reflexión que necesito.
Nunca fui de esos de respuestas fáciles, quizá por ello, es la filosofía una compañera fiel de viaje, atenta y a expensas de emprender de nuevo otra aventura juntos.

Hoy he vuelto a ella en busca de respuestas, en busca de aquella compañera que he dejado olvidada, aparcada y que ya casi no llamo.
La volví a llamar y fue grato escuchar su dulce voz, fue reconfortante sentir que el tiempo no había pasado que aún se acordaba de mí y lo mucho que me había echado de menos, y pensé, y ¡Cuanto te he echado yo de menos en mis quejidos silenciosos, en mis desvelos nocturnos, y en un sin vivir buscándote en la noche, ansioso y me has contestado con el más agradable de los recibimientos!. Ella es así, entregada, fiel, atenta y, sobre todo, cómplice.

En una de mis recaídas pensé, ¿todo va tan deprisa y tú parece que nunca puedes correr lo suficiente y sientes que te vas quedando atrás?, ¿Siento que las cosas que hago no me satisfacen?, ¿Qué es lo que necesito en mi vida?, ¿Qué me sobra?, ¿Puedo solucionar mis problemas?, ¿Cuáles son mis sueños?, ¿Necesito un cambio?… y ¿Soy feliz?

Cuando alguna de estas preguntas te ronda la cabeza es que algo no funciona. A algunos les sucede cada varios años y a otros una o dos veces en la vida, es una crisis existencial.
Siempre me he caracterizado por ser una persona espiritual, propensa a la búsqueda del intríngulis de las cosas y colegí que todos conocemos el aseo personal, pero es una rutina de aseo «somática», entonces… ¿Y por dentro?, ¿Cómo limpio mi alma?, ¿Cómo vuelvo a estar en armonía con el mundo, con la gente que me rodea, conmigo mismo?… Toca lavar el alma, pero no es como el que lava el cuerpo, requiere tiempo, reflexión, explorar en las profundidades del abismo del yo, del ser y aflorar la respuesta, allí, sacar a flote aquello que se encuentra en la maleza abismal del ser y esconde la llave de todos los enigmas.

Aquí es donde me tiende una mano amiga Amelia Valcárcel y una frase suya me bastó para darme cuenta de que en mi búsqueda no estaba sólo, que era posible aquello que buscaba, recobrar de nuevo el sentido de todas las cosas y fue de la mano de Hegel nada menos y en boca de Amelia quien con la frase de «La filosofía es el tiempo captado por el pensamiento» lo que me abrió los ojos y me hizo darme cuenta de todo.

Me gustaría citarla en su contexto «Es decir, cada vez que la humanidad reflexiona sobre sí misma, y, sobre todo, lo que es capaz de hacer o no, o como lo hace, o lo que le espera, filosofa».
Que suculenta lección, pero continuó diciendo algo más, algo aún más cargado de sublime enseñanza » La filosofía es muy soberbia , te asegura y te promete que, nada menos, te dará un conocimiento que nadie más tiene y ante semejante cosa, como no sucumbir ante semejante promesa, ¿No?, un saber totalmente extraordinario, el saber sobre los fundamentos y las causas, ¿Cómo se puede decir que no a algo así?».

Amelia, yo he querido buscar el sentido del mundo, ¿Por qué permanece fuera del mundo?, ¿Por qué me lo da todo, la paz, la tranquilidad y me lo arrebata todo?, ¿Por qué la filosofía me niega el propio existencialismo y me acosa somático un concepto que sólo puedo admirar?

Hermosa e injusta es aquella vulnerabilidad que le profeso, ¿Irónico no?, que exista un diálogo imposible que pase el día hablando con gente que ya no esté, y que hable para otro tiempo, pero es curioso, que de ese diálogo surjan sentencias que tengan sentido para este tiempo y para el que vendrá.

Concluiré diciendo, que la categorización del tiempo es la categorización del ser mismo, y desde un prisma existencial, irónicamente humanista, lo que creía semejante al mundo, era en realidad, una quimera inteligible.