No me pidas que deje de escribir para apaciguar mis noches en vela por el calor de tu cama, ni renuncie a soñar despierto o medio dormido.
Escribir es como soñar, podría vivir sin hacerlo, pero la vida se volvería gris, rutinaria, vacía y estéril.
No me pidas que deje de escribir para apaciguar mis noches en vela por el calor de tu cama, ni renuncie a soñar despierto o medio dormido.
Escribir es como soñar, podría vivir sin hacerlo, pero la vida se volvería gris, rutinaria, vacía y estéril.