[…] y me quedé para siempre. Hasta que decidí que no quería más para siempre.
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Poesía de calendario
Cuando el cielo esté cerúleo o vestido de nácar verás los días pasar y las nubes surcar los mares de tu mirada.
Poesía de calendario
He imaginado en mi mente que cada lugar en que me he enamorado dibujándote la boca era como un eco. Cada vez se oía más flojo. Más tenue. Hasta desaparecer.
Poesía de calendario
Tengo una pestaña entre mis dedos, soplando se la ha llevado el viento, espero que cumpla mi deseo. Contarte las pestañas de nuevo.
Poesía de calendario
Pasó una hora. Dos. Y hasta tres. La lengua de la noche entra por mi ventana. Gélida y húmeda me saca una sonrisa. De color gris perla, tenue, tímida. Después de tanto tiempo nos hemos visto de nuevo. Amor, amor, amor. Amor querido. Después de tanto tiempo que no nos hemos visto y yo me he acordado de ti. Mucho tiempo, he estado pensando en ti. Amor, amor, amor perdido. Amor perdido, sé que nunca olvidaré lo que te he querido, que nunca olvidaré lo que nos hemos querido después de tanto tiempo, si quieres acordarte de mí. Pasó una hora. La lengua de la noche entra por mi ventana. Amor querido.
Sexualidad
Soy, yo soy, soy, yo soy, soy yo, yo soy, ¡soy yo!, ¿Por qué?, no se elige ser, se es. ¿Por qué?, la sexualidad se es, no se elige, no se elige ser, ser, no elegí venir al mundo. Ser, soy. La sexualidad no se legitima por su ejercicio. Soy, yo soy. Sería monja y sacerdote y seguiría siendo. Soy, yo soy, soy. La sexualidad puede serme oculta. Yo, soy, oculta. Incluso toda la vida, soy yo. La sexualidad se puede descubrir, yo soy, no aprender, soy yo.
Poesía de calendario
Entre lunares y pecas, entre pecas y lunares, y te quiero llevar por en medio de los olivares; entre lunares y pecas, entre pecas y lunares.
Poesía de calendario
Cuando toco tu pelo negro, morena de mis entrañas, te pareces a la Virgen de la Fuensanta.
Filosofía de minuto
Solo de noche algunas luces brillan con su máxima intensidad.
Delirios
Ante las tinieblas a las que se avoca mi país soy incapaz de permanecer impasible. Callar a veces equivale a mentir y es ahora cuando la palabra toma su mayor valor para que mi silencio no sea interpretado como aquiescencia.
Un día oscuro para España porque hoy es el día del fracaso de la política, el diálogo y la razón. La preocupación deja paso al miedo y la desesperanza. Una nación gloriosa que no debe olvidar su sustrato, la conciliación del dolor de una España arrullada por la guerra, el hambre y la miseria.
No quiero ver a mi nación consumida por las llamas del odio, prefiero que siga siendo una historia terrible pero superada del pasado de este país.
Guerra de trincheras en donde el pueblo se lanza a pecho descubierto, un pueblo embelesado por palabras de rabia de quienes no conocen las secuelas de la guerra.
Es ahora cuando más importancia tiene hacer verdadera política y donde la propia clase intelectual tiene que volver a dotar de coherencia los discursos pronunciados. Apelo también a la humanidad de cada español que ante el sufrimiento ajeno ha tendido siempre la mano, a dado su pan aún a renuncia del propio y que se caracteriza por su empatía.
Que la súplica de la razón llegue para interponerse ante las palabras envenenadas de la mala política. Hay que tener optimismo y no dejarse arrastrar por el miedo, es hora de ser valientes, de acercar posturas, ser moderados, aprender a escuchar y solo así vencerá el diálogo.
La piedad siempre será mejor que la violencia, la compasión siempre será mejor que el grito y porque hay mucho más que nos une que nos separa.