Arabesque

Era una noche oscura y tintineaban azules los astros porque era largo el olvido. Cada nota que se esparcía en el cielo como candelas parpadeantes me dolían, como el fuego del que desea y pierde, y yo perdido y abrumado entre astros y oscuridades me soñaba en otro tiempo. Sabes, pocos abrazos iluminan tanto como el que dan las estrellas, orgullosas e impasibles, que todo saben y tanto han visto.

       Sentí bocanadas de aire vacías, sentí morir y nunca quise admitirlo, sobresaltado aparté mi mirada para ver mi reflejo, ¿Quién era aquel del agua, aquel que tanto me miraba, aquel extraño que no se amaba, que vivía de lamentos y angustias?, pobre de él que vivía apenado de ser y siendo vivía apenado, ¿Quién era él para juzgarse?, quería decirle muchas cosas pero sólo le dije una palabra. Perdónate. Y tomé el agua en mi mano y desdibujé su cara, las ondas surcaron los reflejos en la oscuridad cristalina y desapareció… No volví a verle y es que el alma vuelve siempre a su cauce, el dolor es como el agua en una mano si se abre a la vida termina escurriéndose y desapareciendo.

     Volví a mirar al cielo y aquellas que miraban dejaron paso al sol del alba irrumpiendo de forma callada y silenciosa, delicada y temerosa como el que roba un beso que siempre fue consentido.

Gotitas de rocío en la mañana se deslizaron entre la piel de las hojas, acariciadas sacando sonrisas cómplices hasta desaparecer entre los rayos de sol. Me di cuenta de muchas cosas, pero nada fue tan hermoso de ver como esa sonrisa en el espejo del que recibe la vida como algo nuevo, una sonrisa limpia de un niño que no utiliza el futuro para escapar del presente ni el pasado para torturar sus días, era él, desnudo frente al espejo.

Y giró su mirada hacia la ventana, la vida le esperaba para volar.

Monet, Impresion, sol naciente

Impression, soleil levant, Claude Monet, 1872

Grenzschützer springenden, Komm rüber!

Dear Georgius

I remember those years, our walls were physical over the years our walls were also mentally, our suffering was so guarded that we did not realize that we were being mistreated ourselves.
Over time I did realize that in many aspects our life is like that which we experienced to us in Berlin, a lack of fear was enough for we realize to us that our walls can be transferred. The difference between life and Berlin is that the lade of fear is oneself, nobody will jump the barbed wire, nobody will remove our shackles of fear and suffering, neither nobody will break the walls of our mind. Looking up for a move forwad and walking wih pain because that way you will be cured, the way gives back all positivity and equilibrium.
I think about Rhein like the life sometimes when the water is stagnant it is rotted, but when it flows, when it follows its course it leaves everything behind, flowing free, its water is more pure and clear.
I am a photographer, but I know when I try to immortalize a moment of your life, you became slave of this moment and you do not live without to comparing without judging what you see, what you feel, therefore, and maybe you will be surprised that I tell that, but you do not take snapshots of your feelings, you live a present continuous of your pass without forgetting but forgiving each moment you lived.

Best regards

Peter Leibing

Conrad Schumann defects to West Berlin, 1961 full

Rain, Steam and Speed

Dear Georgius

I have to confess that the human nature is lofty, the power of our mind changes the world day by day and there is no hopelessness, there are solely cowards without enough courage to get up after falling for fear of getting knocked down again.
All men die, but not all men live, and strong will is like a steam beast on the railway, always finding its way, until it reaches its destination, and they will have guaranteed success, those that realize that a material as resistant as the human spirit has never made.

Best regards

Joseph Mallord William Turner

Rain_Steam_and_Speed_the_Great_Western_Railway

Un mundo esclavo

De las palabras de Aristóteles1 se extrae un pensamiento común en la Grecia Clásica, «El mundo civilizado jamás podría funcionar sin la esclavitud», una unidad básica y fundamental para el funcionamiento de la Polis.
Muchos pueblos imitaron este comportamiento. En el transcurso de los siglos y en un nuevo marco ético-religioso obliga a remodelar y suprimir en parte este «término» por el de «siervo», y decimos, en parte, pues sólo cambia la palabra. Convirtiéndose el siervo en el esclavo de la Edad Media, anclado a su Señor.

Más adelante con la llegada del «progreso» la mano de obra se aliena, trabajadores que llegan a sus puestos y se venden, serán los siervos del siglo XVIII. Son ideas que tampoco agradan y se van adornando con pequeños derechos, vacaciones, seguridad laboral, pagas extra. No están obligados a asumir esas labores directamente, pero ¿A caso les queda otra salida? ¿A caso no se ven abocados los ciudadanos a aceptar trabajos cada vez peor pagados, con más horas y menos derechos?

Hoy, la historia del pueblo oprimido, esclavo y servil, a priori, nos parece una difusa fantasmagoría, y efectivamente no es visible a los ojos de los que no quieren ver; «La vida es muy peligrosa, no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa»2. Son las típicas respuesta de «Al menos tengo trabajo», «podría ir peor», «No es remunerado pero al menos obtengo experiencia», típicas actuaciones que no sólo perjudican al propio ciudadano sino a toda la comunidad.

Si nos alejamos un poco de ese mundo al que llamamos civilizado de todos aquellos que nos hablan de huellas ecológicas, de cuantos residuos generamos, cuanto dióxido de carbono producimos, cuanto derrochamos o consumimos, ¿Escucharás hablar de cuanto sufrimiento, explotación y muerte genera lo que consumes?

No escucharás hablar que ese ordenador que compraste mató a dos personas en el Congo por una guerra generada por el Coltán que se ha cobrado a más de 5,5 millones de víctimas, ni escucharás que los plásticos producidos y la gasolina que consumes acrecenta día a día las diferencias sociales en Arabia Saudí, Iraq, Kuwait, Emiratos Árabes, Libia y Nigeria fomentando una sociedad explotadora y servil, ni que los países desarrollados son los mayores productores de armas.

No, no querrás escuchar eso de un producto que compras habitualmente, ni en tu día a día, ni en la escuela, colegio, universidad o trabajo, no lo querrás escuchar de tu gobierno ni de los programas de televisión, es tu ojo crítico, tus miras, las que deben ir más lejos de ese mundo hedonista y censurar las injusticias cotidianas y sutiles que se te presentan todos los días. Creemos que no ver, no escuchar, no sentir el sufrimiento cercano nos exime de culpa, creemos que no ser nosotros los explotadores directos, no ser nosotros quienes apretemos el gatillo nos quita la culpa. Estamos equivocados, contratamos sicarios para lavarnos las manos. Álzate, cambia el sistema, no busques justificaciones a un mundo levantado sobre la esclavitud, la opresión y el sufrimiento ajeno. La sociedad se ha habituado a estas noticias, está deshumanizada completamente hasta tal punto, que muertes y sufrimiento son para nosotros números, estadísticos sin importancia.

Revélate, los grandes hombres fueron simples hombres y un golpe en la mesa y un ¡Basta! les valió para cambiar el mundo. Cambia tu mundo, hacerlo es posible, en la sociedad no existe la Ley de las Equivalencias, para que un hombre sea libre, no hace falta uno prisionero de la voluntad de ningún otro, para que un hombre viva bien no hace falta otro explotado y oprimido, para ser feliz no hace falta otro triste, no te alces en el mundo arrodillando a los demás, crece irguiéndote y quitando prejuicios y vendas en tus ojos, tú eres la base del cambio.


1 Aristóteles, Política, Libro primero, Capítulo II, De la esclavitud
2 Albert Einstein

Il fiume dei sogni non realizzati

Oggi ricordo quel scritto di «Me soñé con alas para poder volar muy lejos«, a dire la verità, lo leggo molto spesso.
Mi riconforta il pensare che dopo delle sfortune, dopo del disamore sempre arriva qualcosa alle tue mani, qualcosa per quello sei bisticciato… e quando arrivi a quel punto nel qualle puoi toccare colla punta delle dita quello che così anelavi non potrai evitare congelarti e guardare in dietro. I tuoi occhi si colmeranno di ricordi, di una vita che ti fa essere chi sei, ti fa sentire quello senti e rendi in conto di quello importante non è i resultati invece è il cammino.
Voglio pensare che arrivarà un giorno che sorgia el sole splendente nel celo blu, magari primavera, forse estate, in una terrazza alla riva del’Arno, ti guarderò in faccia, ci guarderemo, e capirò che c’è vita sotto le cose e una forza incredibilmente benevola mi farà capire che il mio tempo è scaduto.
Sarà l’ora di vuotare l’acqua della mia anfora, quella colla che tutti nasciamo, nel fiume dei sogni non realizzati, per che un’altro, in un’altra vita, in un’altro mondo o tempo e gli prenda come suoi, e gli faccia propri e… alcun giorno anche lui gli offrirà all’acque i suoi sogni non realizati.

Junto a la mar bravía

El día oscureció más pronto que de costumbre y las nubes tapaban al sol una de las mayores injusticias que se fueron a cometer en la historia.
Aquel hombre, de semblante tranquilo, caminaba a su destino y aunque aciago e incierto, hacía frente a la muerte con valor.
La preocupación anidaba en las caras de sus camaradas, mas no en la suya. Él estaba sereno.
Por fin llegaron, a las orillas de San Andrés, en la tierra de Málaga que un día le abrió las puertas, y hoy, se lo llevaba.
Como un rayo cayó un estruendo que guardó celosamente el silencio y se desplomaron aquellos que se encontraban en la primera fila.
Ahora, era el turno de Torrijos. Algunos pidieron cegar sus ojos y desde las tinieblas asumir sus destinos. Torrijos se negó. Miró al frente, a la basta mar y, tomó una bocanada de su perfume salitre, tomo el aliento de las olas, de la tierra y sus gentes como el que se aferra a un tesoro. Cerró sus ojos y alzó la mirada esta vez al cielo gris, y entre el Hacedor y él quedaron sus palabras que hicieron más férrea su virtud. Apretó fuerte las manos de sus congéneres. Era la hora, las nubes tornaron más grises y la mar rompía el silencio.
Un rugido quebrantó la tensión, solo quedaron sus cuerpos, solo dejó el desconsuelo. Emergieron rojas amapolas que plagaron sus torsos.
España lloraba la pérdida, y por único quejido, gotas que golpeaban el suelo, sus cuerpos y devolvían la sangre de un héroe a la tierra.

Fusilamiento_de_Torrijos_(Gisbert)